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lunes, 1 de noviembre de 2010

Campaña publicitaria contra la violencia intrafamiliar: ¿maricón es el que maltrata a la mujer?


El SERNAM hace sólo una semana lazo su campaña contra la violencia intrafamiliar, parámetro dentro del cual sitúan la violencia masculina hacia la mujer. Esta campaña tendrá una duración aproximada de un mes en TV y distintos medios de comunicación masivos, lo que sin duda es muy discutible por la gravedad de la problemática en Chile, considerando que a la fecha han muerto 36 mujeres tras golpizas propiciadas por sus  parejas, sin tomar en cuenta el maltrato constante que  es ocultado tras los muros de las casas de muchas mujeres.
En esta ocasión la campaña publicitaria  busca según palabras de la ministra del SERNAM, Carolina Schmidt Zaldívar, que  “..el hombre agresor se sienta interpelado, se movilice y decida optar por la rehabilitación” sin embargo, para ello utilizar la palabra 'maricon' lo que ha generado diversos debates desde distintos esferas sociales por su significado (desviado/gey/anormal, etc)  y la iniciativa e intento institucional por resignificar la palabra  (maricon: menos hombre, sin vergüenza, etc).  A continuación, adjunto un documento muy bien trabajado en el que  Felipe Rivas San Martín* crítica la utilización de esta palabra en la campaña publicitaria.
* Felipe Rivas San Martín es activista de la Disidencia Sexual y estudiante de Artes Visuales en la Universidad de Chile. Es miembro de Expasiva: red de pensamiento desviado y fundador de la CUDS (Coordinadora Universitaria por la Disidencia Sexual).
  
El SERNAM y los maricones Por Felipe Rivas San Martín*
La última campaña de la actual administración del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) ha provocado diversas reacciones que polemizan tomando posición de apoyo o rechazo, tanto desde la opinión pública común y corriente como de parte de personalidades nacionales u organizaciones de derechos gays o vinculados a las agendas académicas y políticas del género. La razón que justifica el desarrollo de debates, foros virtuales, la elaboración de notas periodísticas, opiniones condenatorias o afirmativas y declaraciones públicas, se encuentra en la utilización dentro del spot o los afiches de la campaña, de una palabra que no genera indiferencia. La palabra es: “maricón”.
La publicidad del SERNAM muestra a dos personajes, un árbitro de fútbol (Pablo Pozo) y el conocido comentarista de espectáculos y fotógrafo abiertamente homosexual Jordi Castell, asegurando que “un maricón es el que maltrata a una mujer”. El sentido de la campaña parece ser el de mostrar a dos personas que habitualmente son objeto del insulto (“árbitro maricón” y “homosexual maricón”), utilizando ellos mismos la palabra con la que se los ha ofendido, para –esta vez- reafirmar una acepción del término referida a los “hombres que maltratan a las mujeres”.
La estrategia publicitaria ideada desde el Ministerio –según asegura la propia ministra Carolina Schmidt- tiene como público objetivo “al hombre”, “está dirigida al hombre”. El spot y los afiches le hablan al hombre y le dicen a la cara: si tú maltratas a una mujer, dejarás de ser un hombre y te convertirás en un maricón. A fin de cuentas la posible eficacia de la campaña se basa en la violencia contenida en la palabra “maricón”, su fuerza denigratoria y en el temor que pueda provocarle a “los hombres” el ser ubicados en ese lugar de denominación, un lugar que los alejaría –según Schmidt- de la “verdadera masculinidad”, de la estabilidad misma de su género: “el que maltrata a una mujer es un poco hombre... digamos las cosas como son”[1].

¿Resignificación?
Quienes desde la política homosexual reivindicativa apoyan la propuesta mediática gubernamental, han insistido en que la campaña no sería homofóbica puesto que el uso del término “maricón”, produciría una “resignificación” del mismo. Rolando Jiménez –y tras él la organización que preside, el MOVILH- señaló que la campaña da otro significado al término “maricón” y "lo adjudica a los golpeadores de mujeres, a alguien que no es transparente o a las malas personas".[2] 

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