Presentación
Línea Cuerpo, Salud y Política
Ningún
cuerpo al azar. Ningún cuerpo sin ley. Ninguno que pudiera mirarse en la pureza
de una constitución completamente natural. En el cuerpo se inscriben las leyes de la sociedad –como diría Michel de Certeau;
los cuerpos son disciplinados, hechos dóciles, para dar forma a los sujetos
convenientes para los órdenes dominantes como diríamos con Michel Foucault; es
más, el orden social no es otra cosa que el orden de los cuerpos, dirá Pierre
Bourdieu. Incluso ese “cuerpo”, en tanto registro separado, en tanto espacio
material aparentemente inerte, ha debido inventarse durante un buen período de
tiempo, ha debido separarse de la persona, de la sociedad, del cosmos. Y con
ello se ha implantado ya un nuevo orden, propiamente moderno, el cuerpo social
ha producido un área de intervención separada, ha dispuesto así la separación
dualista, ha impuesto el predomino del pensamiento sobre el cuerpo y la
imaginación. Se actuará sobre él, y se inscribirán en él, lenta y profundamente,
las jerarquías más diversas.
En
este proceso, la aproximación terapéutica al cuerpo jugó y juega aún un papel
fundamental. El predominio de la medicina científica, avanza junto a la
hegemonía de la racionalidad instrumental, es su forma de entender el cuerpo y su salud. El pensamiento cartesiano
no hubiera podido despreciar el ámbito del cuerpo, sin los cadáveres de
Vesalio, y la anatomía. El proceso de medicalización de la sociedad, la
intervención de los médicos y su saber en vías de legitimación, transporta
innegablemente concepciones morales de una clase también en ascenso, es también
medio de incorporar, de hacer carne ciertos valores, ciertas formas de ser y de
ver el mundo, cierto habitus.
Entonces,
ningún azar en los estilos de formación médica, en las formas de intervención. Hemos
de preguntarnos siempre al acercarnos al cuerpo individual que se enferma ¿Qué
cuerpo aparece allí? ¿Qué cuerpo se define, se juzga necesario de intervenir, y
se interviene? ¿Cómo, para qué, recurriendo a qué elementos? No hay forma de
aproximarse a estas preguntas sin hacer referencias a la sociedad en donde se
insertan las prácticas terapéuticas, a los procesos que hacen legítimas unas y
proscriben otras, a las fuerzas políticas, históricas, económicas que definen
los contornos institucionales, a las prácticas hegemónicas y sus resistencias.
En
el contexto de la salud se ubican violencias institucionales directas,
negligencias, abusos, abandonos, formas médico-jurídicas de control, de juicio,
de relegación. Mediante las prácticas terapéuticas se define un cuerpo, y por
tanto hacia dentro su relación con una subjetividad, una individualidad, una
“mente” o “alma” o “espíritu”, con una persona.
Y hacia fuera, con una institucionalidad, pero también con un cuerpo no
individual, con la sociedad, con el cuerpo anterior al cogito cartesiano, es decir, como señala Le Breton con un cuerpo y
una comunidad perdidas.
Tenemos
por objetivos, incentivar, producir y visibilizar investigaciones que aborden
el cuerpo, y su salud,en tanto enfrentamos un cuerpo atravesado por el carácter
político que aquí adquiere. Junto a la discusión, fomento y difusión de una
perspectiva no homogénea, pero que pretende abordar los puntos de vistas
divergentes, sus genealogías conflictivas, los intereses enfrentados, los
imaginarios desplegados, las apuestas enarboladas respecto al cuerpo. En
síntesis, todo el misterio político
que se cierne sobre el cuerpo y su salud.
Líneas de
investigación
- Cuerpo y procesos de medicalización de la vida.
- Cuerpos legítimos. Discapacidades, sexualidad, tecnologías de la belleza, etc.
- Los cuerpos arruinados. La desigual distribución de las prácticas médicas.
- Institucionalidades, medicalización y prácticas de resistencias. Tensiones entre la clínica y otras prácticas terapéuticas y organizativas.
- Las potencialidades del poder terapéutico sobre el cuerpo. Política, moral y ética del autocuidado.
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