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miércoles, 11 de agosto de 2010

Libro "La tiranía del cuerpo" de Susie Orbach



El martes 10 de Agosto del 2010 en el diario El Mercurio apareció el siguiente reportaje a Susie Orbach conr especto a su libro "La tirania del cuerpo".


Susie Orbach, psicoanalista británica: "Vivimos el imperialismo del cuerpo"

A la psicoanalista británica Susie Orbach le preocupa el fenómeno del colonialismo del cuerpo, y lo describe en su último libro "La tiranía del culto al cuerpo", donde articula un nuevo concepto: endangered. "Es estar en peligro de extinción. Estamos perdiendo la variedad de los cuerpos en tamaños y formas", advierte.

Por Natalia Núñez.
Sólo por un tratamiento para bajar de peso, un famoso y concurrido centro integral de salud de la capital cobra $1.200.000. El proceso dura tres meses, aproximadamente, y la consigna que entregan en el lugar es la siguiente: "¿Cómo quieres que te perciban a los cuarenta años? ¿Como una gordita simpática? ¿O como una mujer regia? Si eliges la segunda opción, debes empezar desde ya".
Describimos esta realidad a Susie Orbach, psicoanalista británica, la misma que ideó la campaña de Dove, y cuyo libro "Bodies" acaba de publicarse en español bajo el título "La tiranía del culto al cuerpo". Desde su oficina en Londres, un lugar lleno de estantes con libros y carpetas con 'pendientes', ella analiza la invitación del centro de estética. "Es ridículo. Somos lindas en todas las edades. Lo siento, todos los estudios muestran que eso es así", dice asombrada.
Pero lo que ocurre en Chile no es un caso aislado. Se trata de una tendencia bastante global en la carrera por encajar en cierto estereotipo de belleza. Sin importar los genes o los rasgos o la indumentaria típica de una cultura. Esta batalla afecta a africanas, musulmanas, chinas, europeas y latinoamericanas.
Haciendo una suerte de sociología del cuerpo en el mundo, Orbach plantea: "En lugar de vivir desde un cuerpo, hoy tenemos que construir nuestros propios cuerpos. Ya no son o ya no bastan las cosas que solíamos producir para convertirse en nuestros objetos de culto, la representación de nuestras fantasías. Ahora la señal es que sólo entramos en la cultura global siendo capaces de imitar una marca particular, la de tener el tipo de cuerpo correcto".
Es decir, explica, la cultura visual nos afecta y nos ofrece una forma de pertenencia a través de la replicación personal de las imágenes que vemos a nuestro alrededor. "El cuerpo occidental está cautivando a las jóvenes de aquellos países que están entrando a la modernidad", dice Orbach. Es un fenómeno transversal. Que no distingue religiones ni edades ni sexos. En Irán, por ejemplo, se realizan 35 mil procedimientos quirúrgicos al año para intervenir narices.
"No creo que exista sólo un tipo de belleza. Pero estudios globales demuestran que el modelo de Occidente es el que se quiere seguir. En India, por ejemplo, tienes dos ideas que compiten: Oriente y Occidente. Pero, en Arabia Saudita tienes una idea de belleza occidental debajo del hiyab. No creo que se deba hablar solamente de una sociedad, pero sí puedes ver que existe una enorme influencia occidental incluso oculta bajo la ropa. Se da una especie de imperialismo del cuerpo, un colonialismo que va creciendo en todo el mundo y creo que en Chile también".
Obsesión por

la delgadez
En sus más de cuarenta años de experiencia como psicoterapeuta, a Susie Orbach le ha tocado atender pacientes chilenas y latinas. Sobre esa base, cree que la consideración sobre el concepto de belleza es incluso peor en Latinoamérica que en Europa occidental. "He trabajado con pacientes chilenas que me han dicho que sus abuelas y sus madres están obsesionadas con la delgadez. No sé si ello tiene que ver con que la sociedad chilena, argentina o peruana buscan hacer primar la influencia occidental por sobre la indígena. No sé exactamente qué hay detrás, porque no soy antropóloga, pero la verdad es que quisiera descifrar algo que no entiendo".
Aprecia que las latinas, y específicamente las chilenas, tienen un ideal de belleza muy americano-europeo. En Brasil, por ejemplo, ha visto demasiados implantes de pecho, lo que a su juicio no se refiere a un concepto genuino de la belleza. Comenta, casi con horror, que hace poco asistió a una conferencia en Sao Paulo donde ella era casi la única que no se había hecho una cirugía plástica. También le llama la atención que en Colombia las mujeres se esfuercen por ser huesudas, pese a que su genética es más amiga de las curvas, o que en Argentina se esté haciendo cada vez más difícil encontrar tallas 40, 42 o 44. Así también lo corrobora en si sitio web www.any-body.org.
¿Y qué sucede en otras partes del mundo? "No se puede categorizar a todas las mujeres asiáticas o a todas las musulmanas y meterlas en un mismo saco", dice Orbach. Sin embargo, hay cifras y ejemplos que entregan evidencias. "En Corea del Sur, por ejemplo, la mitad de las jóvenes se somete a operaciones para tener un segundo párpado porque sus papás creen que eso les dará más éxito. En África, como escribí en mi libro, la Miss Nigeria que fue elegida era flaca, y eso era algo inusual. La gente pensó al principio que ella tenía sida, pero sólo estaba siguiendo los modelos y caminos occidentales. Luego de saber eso, en ese país hubo un boom de mujeres haciendo dieta. Y en China, algunas están insertándose varillas de diez centímetros en sus piernas para lograr tener la estatura de una occidental".
El problema de estas prácticas, asegura, es que ya está instalada a nivel mundial la tendencia a uniformar cuerpos, estilos y formas estéticas, lo que trae como consecuencia la pérdida de diversidad. Es aquí donde aparece un nuevo concepto acuñado por Susie Orbach y que ha sido objeto de las últimas conferencias que ha dictado tanto en Reino Unido como en otros rincones del planeta en el transcurso de este año: el endangered.
"Lo que quiero decir es que el cuerpo está en peligro o en vías de extinción, como los animales, como los tigres. Creo que lo que tenemos que hacer es preservarlo en vez de intentar hacerlo encajar en cierto modelo pequeño. Una de las cosas que planteo en mi libro es que estamos perdiendo la variedad de los cuerpos en tamaños, formas, tal como están desapareciendo los diferentes lenguajes en el mundo".
-¿El fenómeno también afecta a los hombres?
-Sí. También son víctimas del culto al cuerpo. Basta con dar una vuelta por cualquier gimnasio y ahí estarán, muchos de ellos bronceados, contando calorías o mirándose al espejo con una botella de agua en la mano. Creo que hay más razones comerciales que de salud para motivar esta conducta entre los hombres, tal como sucedió con las mujeres. Creo que ellas han llegado a estar tan contaminadas que han contagiado a sus hombres. Entonces, ellos han sido influenciados por controles del tipo "lea la etiqueta con las calorías". Y les han llenado la cabeza con historias sobre cuánta grasa o carbohidratos tiene esto o aquello. Es el tipo de karma que marca el control y la moralidad, la buena moral. Creo que se dio en la cultura gay hace mucho tiempo, pero ahora está afectando a todos.
Susie Orbach dice que esos mismos hombres crecieron en casas con mujeres a las que vieron haciendo eso. Y que, por último, ocurre un fenómeno particular: "Hay muchos que no están seguros de su lugar en la sociedad y se sienten un poco extraños. Si tú hablas con algunos en el gimnasio, sienten un cierto imperativo en relación a que su fuerza proviene de su capacidad de levantar peso, sacar músculos y marcarlos. Aunque no tienen el mismo tipo de inseguridades que una mujer, no creo que sea un buen desarrollo para ellos".
-¿Cómo podríamos cambiar de paradigma?
-Tenemos que cambiar nuestra visión de la cultura de una manera potente. En algunas revistas, por ejemplo, actualmente están menos interesadas en trabajar con cuerpos diversos. Sólo trabajan la misma imagen, lo que además termina siendo aburrido para ellos. Tenemos que cambiar la cultura visual, y necesitamos además que las madres no sean tan infelices con sus cuerpos. Probablemente, necesitamos desafiar lo que en Inglaterra llamamos "la hegemonía de la delgadez". La delgadez realmente funciona como una moral buena cuando no es un modelo que se tiene que seguir, sino sólo un tipo particular de cuerpo. Creo que si ponemos coraje y valentía en los medios de comunicación para incluir todas las variedades de cuerpos, puedes embellecerlos, darles glamour, sin necesidad de ponerlos en una edición especial con personas de diferentes tamaños. Sólo hay que hacerlo natural, como si pasara todo el tiempo. 

 
Por Natalia Núñez.

Fuente: http://diario.elmercurio.com/2010/08/10/ya/_portada/noticias/E261C93F-0130-4F6B-BDD4-EEF849D1A813.htm?id={E261C93F-0130-4F6B-BDD4-EEF849D1A813

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